martes, 26 de mayo de 2015

Síndrome del emperador


El Síndrome del Emperador es un trastorno de conducta cada vez más común en los niños/as y adolescentes de nuestra sociedad.
Debido a la actual sociedad occidental consumista e individualista cada vez más niños tienen problemas conductuales. Además, de lo permisivos que pueden llegar a ser actualmente algunos padres, ya que perseguimos una sociedad en la que no exista el sufrimiento, la frustración… (lo cual es muy peligroso, ya que sin displacer no existiría el placer).

Debido a todos estos factores, actualmente los niños exigen a los padres todo lo que les place.
En muchos casos, aunque los niños exijan, los padres son capaces de poner límites y no ceder.
En otros casos, estos límites no están bien definidos, cediendo los padres habitualmente a todos los caprichos de los niños. En estos casos, nos encontramos ante pequeños emperadores que consiguen todo lo que quieren a través de pequeñas pataletas o simples chantajes emocionales.

Debemos de alertarnos cuando los niños presenten varias de las siguientes características:
  • El niño/a tiene pataletas siempre que le decimos que no*.
  • El niño/a recurre al chantaje emocional*.
  • Siempre termina consiguiendo lo que desea*.
  • Son niños con baja tolerancia a la frustración, ya que pocas veces la han experimentado.
  • Suelen tener una baja autoestima, por ello recurren a pedir continuamente cosas a sus padres.
  • Son niños/as con pocas responsabilidades (no se les exige nada en casa. Por ejemplo: recoger la mesa, hacer la cama…).
  • No saben resolver problemas autónomamente.
  • Son niños/as que muestran muy poco sus sentimientos de apego hacia sus padres.
  • Tienen un locus de control externo, es decir, todo lo malo que les sucede lo atribuyen a causas externas.
  • Se creen el centro del mundo, parece que no piensan en los demás.
  • Se adaptan mal en el colegio.
  • Se enfurecen rápidamente.


Cabe destacar que estos trastornos tienen solución con el esfuerzo de los padres/tutores y la ayuda de un profesional (en el caso de que el trastorno esté consolidado).



* Estas tres primeras características son las esenciales para determinar que estamos ante un caso de "Síndrome de Emperador", teniendo que presentarse estas varias veces por semana. Ya que si estas características se presentan esporádicamente no serán consideradas como patología.



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jueves, 7 de mayo de 2015

Pautas para reducir las pataletas


Las pataletas son conductas habituales en los niños cuando se enfadan. Se comienzan a dar entorno a los dos años. Es importante, saber manejarlas y cortarlas, ya que si las consentimos pueden dar lugar a posteriores problemas, como por ejemplo, el síndrome del emperador (del cual hablaremos en próximas entradas).

La personalidad de cada niño es fundamental:
Podemos encontrarnos con niños que apenas tienen pataletas en la infancia o, por el contrario, encontrarnos con niños que tienen varias al día.
Cuando las pataletas no son habituales, se suelen ir corrigiendo poco a poco solas, aunque si cedemos estas irán en aumento.
En los niños que son habituales es más difícil extinguirlas. Por ello, debemos de ser más estrictos y seguir unas pautas más rígidas (a pesar de que a los papás nos cueste, nos de pena, etc.)

Pautas:

  • Cuando un niño tiene una pataleta lo fundamental es ignorarlo. Si le reñimos, le gritamos, incluso, si intentamos hablar con él, la pataleta aumentará. Los niños en estos momentos de enfado no son capaces de racionalizar lo que se les dice.
  • Nunca debemos de ceder y darle lo que desea. Si se lo damos, las rabietas cada vez serán mayores, ya que sabe que de este modo conseguirá lo que desea.
  • Cuando se tranquilice y la pataleta cese, debemos de hablar con ellos.
  • Los niños, no son capaces de seguir discursos largos. Cuando nos enrollamos contándoles cosas (pensando que así lo entenderán mejor)  pierden el hilo de la conversación y se ponen a pensar en sus cosas. Por ello, debemos de darles explicaciones cortas y concisas.
  • Les debemos de hacerles conscientes de que con las pataletas no se consigue nada. En cambio, portándose bien se consiguen muchas cosas. Podemos ponerles diferentes ejemplos ("¿Cuando haces lo deberes vamos al parque?Si" "¿Cuando eres ordenado te dejo tomar el postre que quieras?Si" "Cuando gritas te dejo jugar a la consola?No") en los que se den cuenta de que nunca consiguen nada cuando se portan mal. (Para ello, debemos primeramente cortar las pataletas con las pasos anteriores).
  • Debemos de reforzar las cosas que hagan bien. Habitualmente, tendemos a reñir o castigar a nuestros hijos cuando hacen las cosas mal. Pero, no solemos darles muestras de lo orgullosos que estamos de ellos por las cosas cotidianas que hacen bien. Por ello, es importante mostrarles afecto y decirles lo bien que hacen las cosas. De este modo, tenderán a intentar realizar las cosas adecuadamente para recibir el "premio" de sus padres (estos premios no deben de ser de tipo material, es decir, no demostrarles que lo hacen bien comprándoles regalos).







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