El abuso sexual en menores es un tipo de maltrato en el cual se produce una interacción o contacto entre un menor y, generalmente, un adulto* para la obtención de estimulación sexual.
El abuso sexual puede darse de dos formas:
- Abuso sexual sin contacto físico: no implica ningún tipo de contacto físico. Ejemplo de este es el exhibicionismo.
- Abuso sexual con contacto físico: implica tocamientos o penetración con objetos u órganos sexuales.
La detección de casos de abuso sexual es muy importante, por ello, debería ser obligatorio que padres, profesores, monitores... y todo tipo de personas que estén en contacto con niños tengan información sobre indicadores de esta situación.
A continuación se presentan unas pautas que nos ayudarán a ser capaces de sospechar acerca de posibles abusos:
- Problemas nocturnos
- Comentarios o conductas sexuales no adecuadas a la edad
- Erotización prematura
- Agresiones sexuales a otros niños
- Cambios bruscos de rendimiento escolar
- Cambios bruscos de humor
- Sentimientos de culpa
- Obediencia excesiva
- Inhibición sexual total o gran promiscuidad (en adolescentes)
- Abuso de drogas (en adolescentes)
- Intentos de automutilación o suicidio
Si comenzamos a observar este tipo de conductas en los niños debemos acudir a un profesional que pueda ratificar esta situación para poder detenerla y, posteriormente, denunciarla.
Facebook: Cidón Psicología
Twitter: cidonpsyche
Correo: cidonpsyche@gmail.com